No me extraña que las empresas farmacéuticas se froten las manos. Tratarán de buscar el remedio para la contaminación, el gobierno nos cabreará con su incompetencia y nos fabricarán tranquilizantes para que no suframos tanto. Bueno, no quiero seguir extendiéndome más, se me acaba el efecto sedante del trankimazin y podría acabar en la cárcel.Carlos Insúa: Trankimazin
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