- Este domingo, 20 de noviembre, se conmemora el 22 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño y se cumplen cuatro meses de la declaración de hambruna en Somalia
- Unicef lamenta que, en un mundo donde se producen suficientes alimentos para toda la población, ocurran aún estas hambrunas que afectan a los más débiles
Oromía, Etiopía. Foto de Xurxo Ayán
Barbanza-Noia, 18 de noviembre de 2011 – La desnutrición crónica mantiene atrapados en el círculo de la pobreza a casi 200 millones de niños en el mundo, lo que impide el desarrollo de cada uno de esos niños, de las comunidades en las que viven y de sus países.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) persiguen la erradicación de la pobreza extrema, el hambre (ODM1), las enfermedades y la reducción de la mortalidad infantil (ODM 4) y, a pesar de que, por primera en vez en la historia, existen los recursos y el conocimiento suficientes para acabar con el hambre y la pobreza, la desnutrición está asociada a un tercio de las muertes de menores de cinco años y la hambruna ha regresado al Cuerno de África.
Coincidiendo con el Día Universal del Niño, que cada 20 de noviembre conmemora la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), UNICEF España quiere recordar que la nutrición, la salud, la supervivencia y el desarrollo son derechos humanos recogidos en este tratado internacional, que es el más ratificado de la historia.
Actualmente en el mundo se producen alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de toda la población. Por lo tanto, como indicó Kul C. Gautam, Director Ejecutivo Adjunto de UNICEF, “el hambre y la desnutrición no son consecuencias de la falta de alimentos, sino también de la pobreza, la desigualdad y los errores en el orden de las prioridades”. UNICEF y otras agencias de Naciones Unidas trabajan con comunidades y gobiernos para atajar las causas estructurales que impiden acabar con la pobreza y el hambre.
Emergencia nutricional en el Cuerno de África
El pasado 20 de julio la ONU declaró estado de hambruna en varias zonas del sur de Somalia, donde cientos de niños han muerto por causas relacionadas con la desnutrición. Cientos de miles siguen en riesgo. La emergencia en el Cuerno de África se ha convertido en una crisis de supervivencia infantil de dimensiones masivas. La falta de alimentos produce desnutrición y los niños con desnutrición son extremadamente vulnerables a enfermedades mortales como el sarampión, la malaria, la diarrea y la neumonía.
Las causas que están detrás de esta emergencia son el aumento del precio de los alimentos, la peor sequía de la región en décadas y el conflicto interno en Somalia. La solidaridad de miles de personas, entidades públicas y privadas de muchos países consigue salvar miles de vidas, pero aún hay lugares con graves dificultades de acceso para la ayuda humanitaria.
La respuesta de UNICEF no ha dejado de aumentar a medida que las dimensiones de la emergencia han ido creciendo. Hace unas semanas la organización abrió un almacén en Dubai para agilizar el transporte de suministros a Somalia. Hasta el momento UNICEF ha distribuido en la región por aire, mar y tierra más de 14.000 toneladas de suministros de primera necesidad.
En el centro y el sur de Somalia, donde el acceso de las agencias humanitarias es limitado, UNICEF y sus aliados han conseguido tratar a 140.000 niños con desnutrición en más de 1.000 centros, y llegar a 600.000 personas con alimentación suplementaria y a unas 30.000 familias con alimentos cocinados en el camino hacia los campos de refugiados de Kenia y Etiopía. Además, se han realizado campañas de vacunación y algunas acciones específicas basadas en el trabajo con las comunidades, como el programa Red de Seguridad Productiva y el programa de Extensión de la Salud en Etiopía, han sido fundamentales en la prevención de mayores tasas de mortalidad.
Las previsiones para la temporada de lluvias, que ya ha comenzado, reflejan que la seguridad alimentaria puede mejorar en Kenia y Etiopía. Sin embargo, la experiencia demuestra que la lluvia, después de una prolongada sequía, incrementa el riesgo de inundaciones y de brotes de enfermedades mortales como el cólera, la malaria y la neumonía. Para atajar la incidencia de estas y otras enfermedades, UNICEF y sus aliados han vacunado a 1,2 millones de niños contra el sarampión y se están enviando kits de lucha contra el cólera en zonas con grandes concentraciones de personas recién llegadas.
La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN)
La CDN es el primer instrumento internacional que reconoce a los niños como agentes sociales y como titulares activos de sus propios derechos. El texto fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 y entró en vigor el 2 de septiembre de 1990.
Sus 54 artículos recogen los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de todos los niños. Su aplicación es de obligado cumplimiento para los gobiernos, pero también define las obligaciones y responsabilidades de otros agentes como los padres, profesores, profesionales de la salud, investigadores y los propios niños y niñas.
La CDN es el tratado internacional con la más amplia ratificación de la historia. Los países que la han ratificado, 193, tienen que rendir cuentas sobre su cumplimiento al Comité de los Derechos del Niño. Se trata de un comité formado por 18 expertos en el campo de los derechos de la infancia, procedentes de países y ordenamientos jurídicos diferentes.
La Convención tiene dos protocolos que la complementan: el protocolo relativo a la venta de niños y la prostitución infantil, y el protocolo relativo a la participación de los niños en conflictos armados.
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